Todo comienza con la pregunta adecuada

¿Estamos haciendo las preguntas correctas para impulsar el desarrollo en Aysén? Esta columna invita a repensar la forma en que abordamos nuestros desafíos y a descubrir el potencial transformador de formular bien el problema.

“Juzga a una persona por sus preguntas más que por sus respuestas”, dijo alguna vez Voltaire, sugiriendo que la calidad y profundidad del pensamiento de una persona se revelan en las interrogantes que formula. Este principio nos muestra que las preguntas que hacemos no solo reflejan nuestra comprensión del mundo, sino que también moldean las soluciones que estamos dispuestos a considerar, algo que también se ve reflejado en una frase utilizada en la formulación de políticas públicas: “Un problema sin solución es un problema mal planteado”. Lo interesante es que este enfoque, que aplica al individuo, puede trasladarse a una comunidad específica, como es el caso de Aysén.

Para explorar esta idea, es útil considerar la forma en que tradicionalmente se han planteado los problemas en la región, es decir, la heurística con la que suelen enfrentarse las dificultades. Una heurística es un método simplificado que se utiliza para tomar decisiones o resolver problemas rápidamente, sobre todo en situaciones de incertidumbre o complejidad. En el caso de Aysén, la heurística más común ante cualquier desafío, ya sea en términos productivos, energéticos, salud, educación o de conectividad, parece ser recurrir al Estado. Esto se traduce en la dependencia de autoridades nacionales, regionales o locales, o en la parlamentarización de los problemas, es decir, canalizarlos a través de los congresistas para que sean elevados al nivel legislativo.

Este enfoque es comprensible dado el histórico rol del Estado en el desarrollo de la región y el carácter legalista de Chile, donde la ley es el principal medio para resolver conflictos. “En Chile, la moral es la ley”, dice uno de los miembros del equipo de la RdA. Sin embargo, es necesario cuestionar la utilidad de esta heurística para Aysén en la actualidad. Depender del Estado o de los parlamentarios ante cada problema impide que la comunidad se enfoque en lo que puede hacer aquí y ahora. Esta estrategia delega la responsabilidad a actores que no siempre tienen como prioridad los problemas regionales, lo que además fomenta una actitud reactiva en lugar de proactiva en la población. La dependencia crea un círculo vicioso donde la comunidad espera soluciones externas, aun cuando existen innumerables oportunidades que están a nuestro alcance.

Un ejemplo concreto es el sector energético en Aysén. Durante años se ha hablado del potencial de la región para producir energía limpia, una visión respaldada por expertos y evidente para quienes conocen la realidad local. Sin embargo, en lugar de avanzar hacia una región carbono neutral, la principal fuente energética se ha convertido en el diésel, con costos mucho más altos que en otras partes del país. No es un problema técnico ni de falta de recursos; hay tecnologías probadas y políticas públicas como el Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, que ha destinado fondos significativos para el desarrollo de la región. Mientras tanto, aunque hubo un movimiento importante y transversal en torno a la modificación de la legislación sobre tarifas energéticas en los sistemas medianos y aislados (aquellos que operan en Aysén), lo cual podría ayudar considerablemente a esta situación, el camino legislativo ha sido largo y, por ende, la respuesta a destiempo.

Conectando con la premisa inicial, si lo que buscamos es un desarrollo desde y para la región, se hace necesario que reconsideremos cuáles son las preguntas que están en la base de nuestra toma de decisiones y, por lo tanto, nuestra heurística. Si en lugar de preguntarnos ‘¿Cuándo resolverá el Estado, el Gobierno Regional o el Servicio Público X este problema?’ nos planteamos la interrogante ‘¿Qué podemos hacer nosotros hoy para solucionarlo?’, el tipo de soluciones que comenzaremos a ver serán radicalmente distintas a las actuales.
En la Red de Ayseninos abogamos por una región que se hace cargo de sus desafíos de forma activa y creativa, generando iniciativas que aprovechen nuestro potencial y recursos únicos.

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